(Nº4) La gentrificación también merodea por Carabanchel

Las oportunidades especulativas que se pueden desempeñar en los barrios aledaños al centro de Madrid, ponen en el punto de mira a Carabanchel y Aluche como áreas potencialmente invadidas por el turismo y la gentrificación. Las claras intenciones que suscita este “fenómeno”, nos hacen pensar que la condición de “barrio obrero” que acompañaba siempre a estas zonas, no son excluyentes para poder sufrir un proceso así.

¿Qué es eso de la gentrificación?

A priori escuchar que un barrio se está “revalorizando” o “regenerando” puede ser tomado como algo positivo por muchas personas. Podría significar, tal y como nos lo venden, que se están adaptando los barrios a los vecinos que viven ahí, que se está intentando acabar con el problema de las drogas (que ya contábamos en ediciones anteriores cómo están afectando a los barrios de nuevo), o que se están construyendo barrios adecuados a la economía de quienes lo habitan, porque se regeneran, se reforman, se modernizan.

Pero lo cierto es que se está haciendo justo lo contrario. Nos encontramos con una permisividad muy concreta en zonas determinadas en cuanto al asunto de las drogas. También con una invasión de casas de apuestas que eclipsa las vías alternativas para salir de la precariedad que atraviesan muchas personas en Carabanchel. Aumenta el control policial y con ello, las redadas a migrantes (como las que se presencian en la Plaza de Oporto constantemente). Se disparan los precios de los alquileres en más del 50% de su valor inicial. Comienzan a surgir comercios con letreros en inglés y productos con olor a muffin, los supermercados cada vez abren hasta más tarde (uno de los sectores más precarios dentro del terreno de lo laboral), aparecen una lavandería express en cada esquina y se empiezan a dejar ver los pisos turísticos anunciados en la plataforma de Airbnb.

Así que, no, revalorizar y regenerar un barrio, no es algo positivo. Es algo que nos empuja de cabeza a la expulsión de quienes viven ahí por no poder asumir el coste de la vida, es mercantilizar el barrio maquillándolo de progresismo. Es utilizar una zona para exprimirla económicamente al máximo sin importar la vida de las personas que viven ahí. La revalorización y la regeneración de un barrio es hacer una tasación nueva del suelo en la mayor cantidad de terreno posible (casas, locales comerciales, parques, descampados, carreteras…) para construir negocios (inmobiliarios, de comida, de ropa, de apuestas…) para obtener más dinero y enfocar dicho negocio a que prospere el turismo, principalmente, de la mano de los empresarios y de los gobiernos de turno que pretenden competir con el resto de ciudades europeas para ver quien se lleva el mayor beneficio económico del turismo y de los negocios derivados de éste.

¿Por qué Carabanchel?

En un principio las periferias de Madrid no resultaban tan interesantes para el imperio del turismo. Las zonas más céntricas e históricas parecían ser las más propensas a verse afectadas por este fenómeno, que aunque ahora se está mencionando más que nunca, no es en absoluto nada nuevo.

Sol, Latina, Malasaña, Lavapiés… son claros ejemplos de turistificación y gentrificación en un grado bastante alto con negocios de restauración principalmente y con un alto nivel adquisitivo en cuanto a vivienda, cantidad de pisos turísticos, negocios destinados a este sector y con gran cantidad de remodelaciones y obras en sus calles.

Como estamos viendo a medida que van pasando los años, la ciudad de Madrid es cada vez más grande. Tiende a expandirse a lo largo y a lo ancho conforme se van conquistando kilómetros cuadrados de puro descampado para plantar en su lugar “ensanches” o “paus” con bloques de nueva construcción. Barrios residenciales que se van agregando a la ciudad poco a poco con el afán de ampliar la ciudad hasta no se sabe muy bien dónde.

Con la ambición de ir expandiéndose, el centro de la ciudad también ha ido haciendo lo mismo. Cada vez podemos considerar que más zonas limítrofes con la zona centro empiezan a formar parte de éste. Con esta modificación sutil del concepto “centro” y de los barrios y distritos con los que hace frontera, esa concentración de turismo y saturación de negocios empiezan a no ser suficientes, por lo que las zonas más próximas y con buena ubicación y conexión, son el objetivo de la gentrificación como siguiente paso a conquistar.

En este punto encontramos barrios como Carabanchel (muy próximo a Embajadores, Atocha, La Latina, etc.) con una buena comunicación en cuanto a las líneas de autobús y de metro, con posibilidad de pisar el centro desde el momento en el que cruzas el río en Marqués de Vadillo y con un gran potencial especulador que ya se ha puesto en marcha.

Si el centro está saturado, los amos de negociar con todo lo que se mueve, optan por expandirse a las zonas más cercanas. Es por eso que hacia otras orientaciones vemos como Vallecas (limítrofe con Atocha) o Tetuán/Cuatro Caminos (muy cercano al Paseo de la Castellana, zonas comerciales, museos, intercambiadores de autobuses y trenes, etc.), también están sufriendo el mismo proceso.

Los planes urbanísticos: El plan 2015-2019

La polémica que ha ido suscitando este asunto, ha puesto en el punto de mira a los ayuntamientos y gobiernos en cuanto a sus regulaciones urbanísticas relacionadas con el negocio de los pisos turísticos y las licencias de locales comerciales.

En concreto echamos la mirada en el plan 2015-2019. Este plan ha sido diseñado por el Ayuntamiento de Madrid, La Comunidad de Madrid, la Cámara de Comercio y entidades empresariales y “culturales” como AC Hoteles, Aena Aeropuertos, Alborgis, Alsa, Atlético de Madrid, Autocares Ruíz Muñoz, Barceló Hoteles, Cambridge Institute, Hispano Hotelera, Iberian Partners y Coca Cola, Corral de la Morería, El Corte Inglés, Esteban Rivas, Grupo Juliá, Iberia, Mahou, Meet In, Meliá Hoteles, Neoturismo, Parque Warner, Pentación Espectáculos, Real Madrid, Renfe, Las Rozas Village, Smedia, Stage Entertainment y Vía Libre.

Las intenciones son bien claras y consiste en acordar un “plan de marketing turístico” para fortalecer la ciudad de Madrid como destino con el interés de conseguir que se sitúe en el top 5 de las ciudades más visitadas de Europa en el año 2019.

Según este plan se intenta promocionar las principales zonas atractivas de la ciudad como son Lavapiés, Latina, Conde Duque o el entorno de Madrid Río (zona limítrofe con Carabanchel que ha sido especialmente diseñada con el fin del turismo), pasando por Malasaña o Chamberí, hasta Salesas, Las Letras o Chueca, entre otros.

Esta asociación está presidida por Javier Gómez Navarro, exministro de Comercio y Turismo, y como vicepresidente, Hugo Rovira, director general de NH Hotel Group.

Con esta amalgama de socios, políticos, empresas y con un claro carácter competitivo a nivel europeo, queda bien claro el objetivo de la política con respecto a los barrios. En concreto mediante la implantación de este plan que hará 4 años de su existencia a finales de año y en cuanto a los proyectos venideros. Y es que ya lo decía la alcaldesa Manuela Carmena en su Twitter con una clara declaración de intenciones: “Nos gusta mucho que los madrileños se sientan turistas en su ciudad”.

La lucha contra la expulsión

Carabanchel y Aluche son dos barrios populares que tienen un alto potencial a la hora de poder generar resistencias, luchas y perspectivas en contra de ser expulsados y suplantados por las masas de turistas, los negocios de multinacionales y el aumento de la carestía de la vida en general. Evidentemente, el capitalismo ha dejado su huella en el barrio y no estamos exentos de ningún proceso mercantil. Pero sí que estamos en unos barrios de Madrid muy concretos, con una importante historia de lucha (vecinal, antifascista, de okupaciones, anti-represivas) que dotan de un potencial especial a este barrio y a otros muchos con recorridos y características parecidas en Madrid.

No tirar la toalla y no resignarnos a que el lobby del turismo mercantilice todavía más aspectos de nuestra vida, pasa por repensar formas de no aceptar este proceso. Y aunque el hecho de luchar en contra de la gentrificación implique de alguna forma defender que “los barrios son para quienes los habitan”, no debemos de caer en el tópico de defender las ciudades y las urbes como algo positivo en sí mismo. El concepto de ciudad tal y como la conocemos y las zonas urbanas, son espacios agresivos en sí mismos y diseñados por y para el capitalismo, no lo olvidemos.

Como siempre decimos, organicémonos en los barrios creando espacios de debate, repensando cuestiones y no cayendo en discursos fáciles.  Practiquemos la acción directa entre nosotros. Sin partidos, sin organizaciones verticales, para nosotros y entre nosotros.

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